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El síndrome burnout o estrés crónico en el trabajo

La organización Mundial de la Salud identificó el Burnout como un «problema asociado al empleo o desempleo», algo debido a las condiciones de trabajo, así que no está clasificado como una condición médica.

Se define según la CIE (Clasificación internacional de enfermedades) como: “un síndrome conceptualizado como el resultado de estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido manejado con éxito. Es caracterizado por tres dimensiones: 1) sentimientos de agotamiento de energía o cansancio; 2) mayor distancia mental del trabajo o sentimientos de negativismo o cinismo relacionados al trabajo; y 3) eficiencia profesional reducida.”

¿CÓMO PODEMOS SABER SI ESTAMOS SUFRIENDO BURNOUT?

A menudo, el burnout aparece gradualmente con el tiempo. Los principales signos para detectarlo son:

  • Agotamiento físico y mental
  • Sensación de temor por el trabajo
  • Sentimientos frecuentes de ira o irritabilidad

Como indicadores, debemos estar alerta para poder detectar si tenemos una relación no equilibrada con nuestro trabajo, si queremos abarcarlo todo, si sentimos que ya no podemos hacer nuestro trabajo de manera eficaz o, en otro caso, si el trabajo no nos ofrece ningún aliciente.

Quizás sea una apreciación muy personal, pero yo lo llamo el “síndrome de domingo por la noche”. ¿Qué quiero decir con eso? Que el domingo por la tarde-noche es cuando aparece la angustia del día siguiente y ese temor nos puede indicar el grado de estrés laboral que estamos sufriendo.

El origen de este síndrome viene por causas intrínsecas o causas externas. Hay trabajos que por sus características generan mucho estrés. Pensemos en teleoperadores, trabajadores de residencias de ancianos, policías u otros. La característica común en estos casos es la relación con los usuarios. No perdamos de vista que, en estos trabajos, los clientes suelen descargar su frustración por el servicio con los trabajadores y no con la empresa. Incluso nos podemos encontrar con situaciones de acoso y abuso verbal o físico.

Como causas externas, el mal ejercicio de la jerarquía laboral y cómo se manifiesta, creando situaciones de presión o mal ambiente que pueden generar mucha ansiedad, pudiendo derivar en los síntomas citados anteriormente.

De la misma manera, trabajar para una empresa en la que hay una profunda diferencia de valores en la forma de actuar o tratar a los usuarios, puede ocasionarnos un fuerte conflicto.

No pensemos que este síndrome se da solo en trabajos precarios, hay grandes empresas que entienden que bajo la idea de «merecer el puesto», crean eternos aspirantes que hipotecan sus vidas por la promesa de puestos directivos. Por ejemplo, debido a ese tipo de estrés laboral, el trabajador puede experimentar una sensación de no tener vida, lo que causa mucho dolor y frustración.

En definitiva, las personas que experimentan burnout pueden notar cambios en los pensamientos, comportamientos, emociones, motivaciones e incluso en las sensaciones corporales. Algunos de estos signos y síntomas asociados al burnout son:

  • Irritabilidad, frustración, enojo.
  • Ansiedad, preocupación, inseguridad.
  • Sentirse solo en el mundo; deseo de aislarse.
  • Sentimientos de incompetencia y fracaso; caída en la confianza en sí mismo.
  • Pensamientos negativos relacionados con el trabajo de uno.
  • Mayor enfoque en errores y fallos.
  • Cinismo sobre las intenciones de los demás.
  • Mayor distancia mental o desapego al trabajo.
  • Actitudes negativas o inapropiadas hacia clientes o compañeros.
  • Pérdida del idealismo; mayor intención de dejar el trabajo.
  • Dificultades de concentración, memoria, juicio, toma de decisiones.
  • Dificultad para producir los resultados que desea o pretende en el trabajo.
  • Menor productividad o logro; ineficacia.
  • Dilación.
  • Retiro y aislamiento social.
  • Ausentismo, presentismo (estar sin estar).
  • Fatiga y agotamiento persistentes; sentirse cansado la mayor parte del tiempo; energía baja; sentirse «agotado».
  • Dolor (por ejemplo, de cabeza o espalda); Músculos doloridos.
  • Mayor susceptibilidad al resfriado, gripes e infecciones.
  • Problemas para dormir (dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido; despertares temprano por la mañana).
  • Síntomas gastrointestinales (problemas digestivos, úlceras); síntomas del intestino irritable (dolor abdominal, calambres); cambios en el apetito o el peso.
  • Problemas de la piel (urticaria, eccema).

Si estos síntomas no son tratados a tiempo, puede desencadenar al absentismo laboral. Se cree qe la mitad de los días en los que los trabajadores no acuden a sus puestos de trabajo es debido al síndrome bunrout. Incluso pudiendo llegar a una situación de incapacidad laboral.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA COMBATIR EL BURNOUT?

En la consulta me gusta trabajarlo con 3 factores:

Enfoque:

Lo primero es identificar las causas que lo producen. A menudo son las condiciones laborales y desgraciadamente no son fáciles de cambiar.

Entonces debemos distinguir lo que depende y lo que no depende de nosotros mismos. Y reubicar, poniendo el foco en lo que sí depende de uno mismo. Se trata de detectar los sentimientos, pensamientos y acciones propias, versus a lo ajeno, como los comportamientos, comentarios o pensamientos de los demás.

Es importante enfocarnos en lo que sí podemos cambiar. Cada caso tiene unas características y la persona afectada debe hacer un análisis de las condiciones, su propia actitud, la actitud del equipo, la actitud de los jefes o empleados, la posibilidad de plantear cambios, etc.

Pensamiento:

Se trata de transformar los pensamientos negativos y desarrollar una actitud para mejorar el grado de satisfacción y autoestima. Será importante comprender las expectativas personales, incrementar la motivación, desarrollar un sentido de valor propio aprendiendo a creer en uno mismo, conocer las propias capacidades y limitaciones y mejorar la forma de comunicación.

Acción:

Podemos compensar algunas situaciones de estrés intentando disminuirlas poniendo más atención a nuestras rutinas personales. Podemos realizar ejercicio físico, como hacer deporte, bailar o salir a pasear y cuidar nuestra alimentación. También recomiendo buscar una actividad manual, como pintar, dibujar, tejer o hacer cerámica, que capten intensamente nuestra atención.

También sería importante compartir pensamientos y sentimientos con nuestro círculo y tratar de comprender a los demás para ver las diferentes perspectivas. Intentar rodearnos de personas positivas e influirnos con nuevas emociones.

¿DEBEMOS CAMBIAR DE TRABAJO?

En ocasiones, cambiar de trabajo puede aparecer como la única opción, pero a veces hay alternativas. Antes de tomar cualquier decisión es importante tratar de gestionar la base del problema y, a través de las diferentes técnicas descritas, analizar cuáles pueden ser las soluciones.

La persona que sufre burnout podrá tomar una decisión cuando sea capaz de gestionar todo aquello que depende de ella misma, antes no es aconsejable. Para llegar a ese punto debemos enfocarnos en ganar en autoestima, pensar en lo que podríamos hacer, en qué podríamos formarnos para afrontar un nuevo futuro laboral y generar así nuevas oportunidades laborales.

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