«Solo hay dos formas de vivir la vida: una, es pensado que nada es un milagro y la otra, es creer que todo lo es». Esta maravillosa reflexión de Albert Einstein es un buen punto de partida para hablar de gratitud, un sentimiento que nos acerca más a nuestro bienestar.
¿Qué has sentido cuando un desconocido te ha prestado su ayuda? ¿O cuando tú has ayudado a un desconocido? Seguro que entre los dos se ha generado una corriente muy positiva de gratitud. Un agradecimiento mutuo que normalmente se nota en la mirada. El que recibe la ayuda siente gratitud y el que la ofrece, se gratifica del acto de ayudar.
La gratitud es la práctica que estimula más nuestra felicidad, pero vayamos más allá de la gratitud puntual de cuando recibimos o ofrecemos ayuda. El sentirnos agradecidos, es decir, pensar que siempre tenemos algo que agradecer, nos acerca más a nuestro bienestar.
Es muy recomendable expresar la gratitud, como ejercicio. Expresarla a nuestros amigos, a nuestros familiares… No es solo dar las gracias, sino comunicar ese agradecimiento a quienes tenemos alrededor.
Otro ejercicio que recomiendo es llevar un Diario de Gratitud, donde, de manera más íntima, escribimos nuestros agradecimientos y podemos reflexionar sobre ellos. Este diario, además, nos ayudará en malos momentos recordándonos que siempre tenemos algo que agradecer.
El Poder de la Gratitud: Aumentando Nuestro Bienestar y Felicidad a Través del Agradecimiento
Nos puede ayudar a:
- Darnos cuenta de las cosas cotidianas que normalmente damos por sentado, pero que nos hacen sentir bien, como un baño caliente, disfrutar de la compañía de una persona especial, el olor de una flor…
- Sentirnos agradecidos por nuestras posesiones más significativas. Las cosas materiales también pueden ser una fuente de alegría, de satisfacción y de placer.
- Recuérdate tus habilidades y tus cualidades. Cosas básicas como andar, oír, ver… además de otras habilidades más singulares como tener talento creativo o tener sentido del humor, hay que agradecerlas a diario.
- Centrarse en las personas que forman parte de tu vida. Sentirse agradecido por tenerlos a tu lado. Este ejercicio te ayudará a valorarlos mucho más y a mejorar tus relaciones.
- Importante recordar todas las experiencias que te han hecho feliz. Cualquier cosa… una reunión familiar, un libro, una película. Si llevas este ejercicio al siguiente nivel, puedes profundizar en las emociones que experimentaste al vivir dichas experiencias.
- Enumera los errores que has cometido y conviértelos en oportunidades para mejorar. Aprende de tus equivocaciones, de tus fallos y de tus fracasos. Todos ellos pueden mostrarte algo positivo.
Como veis, la gratitud puede tener un valor muy importante en nuestras vidas. Cuando tenemos la sensación de no tener nada, la gratitud puede demostrarnos todo lo que tenemos, que seguro no es poco. Además de todos los beneficios psicológicos, la gratitud puede transferirse también en mejoras físicas, como, por ejemplo:
FUNCIONAMIENTO CEREBRAL
El sentimiento de agradecimiento activa nuestro hipotálamo, esa parte de nuestro cerebro que regula funciones corporales tan importantes como el apetito, el sueño, la temperatura, el metabolismo o el crecimiento.
DOLOR FÍSICO
La gratitud puede favorecer la liberación de dopamina, una substancia que puede ayudar a atenuar el dolor físico. ¿Por qué? Porque la dopamina es un neurotransmisor muy importante en el proceso del dolor ya que actúa como analgésico.
CALIDAD DEL SUEÑO
El sentimiento de gratitud y los efectos fisiológicos que conlleva pueden repercutir positivamente en disminuir el tiempo que tardamos en conciliar el sueño o alargar las horas de descanso.
ENERGÍA Y VITALIDAD
Varias investigaciones apuntan a que la gente agradecida tiene más energía porque suele estar más relajada.
¿Todavía necesitas más evidencias de los beneficios de la gratitud? Dar las gracias a los demás o a ti mismo solo puede aportarte cosas positivas. Haz la prueba. Reflexiona sobre todas esas cosas, a priori insignificantes, que aportan su granito de arena a tu felicidad.