Actualmente, en un contexto cultural como el nuestro, muchas parejas conviven previamente antes de contraer matrimonio. Casarse es una opción, normalmente, consensuada por la pareja y no una obligación cultural, como ocurría años atrás.
Pero el evento en sí, concebido como un acto social en el que se reúnen personas más o menos allegadas o que incluso no se conocen, puede plantearse como algo complicado de gestionar y de organizar.
Algunas personas solo necesitan un poco de perspectiva, asumiendo y aceptando que es muy complicado que todo salga a la perfección, ya que no todo puede planificarse al milímetro. Durante un evento de varias horas, como el caso de una boda, pueden ocurrir imprevistos que modifiquen la planificación inicial.
Para tomar esta perspectiva, debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
1- EXPECTATIVAS
En relación con la aceptación, se trata de rebajar las expectativas. Toda pareja quiere que ese día salga todo “perfecto” pero, como sabemos, buscar esa perfección nunca tiene fin. Cuando bajamos expectativas la tensión y la frustración también disminuyen y, además, nos sorprenderemos positivamente ante los acontecimientos.
Para poder disminuir las expectativas sobre la boda, primero debemos identificar esas cargas. De esta manera, podemos transformar las expectativas irracionales en otras más adaptativas y realistas.
2- FOCO
No debemos perder el foco. Preguntarnos qué es lo más importante en el proceso de planificación y la boda en sí. ¿Son los detalles por los cuales podemos estresarnos o es la conexión con la pareja y los invitados? Recuerda que lo importante es conectar y compartir con la gente que nos quiere una celebración de amor.
3- APOYO
Probablemente la novia no será organizadora de eventos así que, en la medida de lo posible, hay que tratar de buscar ayuda y apoyo en una wedding planner, una amiga o un familiar cercano que nos puedan ayudar tanto a nivel logístico como en el apoyo emocional. En general, en cualquier situación que pueda generarnos estrés, es importante saber que podemos recurrir a alguien y pedir ayuda. Incluso, siempre podemos acudir a un psicólogo o Wedding Therapist para gestionar nuestras preocupaciones generadas por el enlace.
4- LO ESENCIAL
Lo esencial y más importante es la voluntad de realizar el evento. Como hemos dicho, hoy en día, una boda es una opción, no una obligación cultural. Asimismo, se puede celebrar una boda con 10 invitados o con 500. Es esencial saber lo que queremos realmente y lo que nos podemos permitir económicamente. También es importante pensar si nos compensa endeudarnos, como ocurre en algunos casos.
La preparación de una boda está relacionada con varios ingredientes formales, emocionales, sociales, económicos… Parece que todo tiene que encajar, pero eso casi nunca ocurre. Hagámoslo lo mejor posible, pero sin morir en el intento.