Muchas personas me hacen la misma pregunta: ¿cómo mantenerse firme de camino a un objetivo sin desfallecer?
Esta pregunta tiene tantas respuestas como personas hay en este planeta. Es necesario entender que lo que funciona para un carácter puede no funcionar para otro. Pero ser humano significa eso: aprender, experimentar, adaptarse.
Primero de todo, desfallecer y salirse del camino establecido está permitido si luego sabes volver. Vamos a rebajar esas autoexigencias que no son beneficiosas para nosotros.
A pesar de que lo que funciona en mí no tiene por qué funcionar en ti, hay unas variantes o patrones que son muy habituales a la hora de conseguir seguridad en uno mismo y una de ellas es indiscutiblemente el trabajo en uno mismo.
Si quieres desarrollar tus músculos practicas deporte, ¿no? Te creas una rutina y trabajas duro en ello. Lo combinas con una buena alimentación y otros hábitos como dormir ocho horas diarias.
Pues bien, para conseguir esa fortaleza mental, necesitas entrenar también, pero en este caso la mente. Es decir, necesitas Mental Gym.
Mental Gym
El Mental Gym tiene un nombre muy chulo que le he puesto yo a un concepto que ya se conocía pero que no era muy popular.
Por suerte, cada vez se conoce más la importancia de la salud mental y emocional. Igual que desde hace tiempo se entiende que la buena forma física es de vital importancia, se empieza a entender que la buena salud emocional es igual de importante. No solo igual de importante, sino que son complementarias: juntas forman un bienestar completo.
Y es que el cerebro es muy sabio y es capaz de adaptarse a cualquier pensamiento que tengas. En algunas ocasiones eso juega en nuestra contra, por ejemplo, si somos propensos a los pensamientos negativos. Pero podemos sacarle un provecho increíble si nos dedicamos a bombardear nuestra mente con pensamientos positivos.
1- Elimina de tu vocabulario las palabras ‘’absolutas’’
Siempre, nunca, tengo que, necesito, todo, nada… Todas estas palabras van moldeando literalmente nuestro cerebro hasta dejar impresas sus connotaciones negativas en él. Cuanto más las uses, más propenso serás a hacerlo en el futuro. Y toda la negatividad que aportan estos vocablos, seguirá llenando tu cerebro de debilidad y derrotismo.
2- Márcate metas a corto plazo para perseverar
En ocasiones no empezamos el camino hacia un objetivo por ver muy lejos y prácticamente inalcanzable el destino al que deseamos llegar. Para una persona que quiere tomar el hábito de correr, no es recomendable que el primer día haga una gran carrera, porque lo más probable es que acabe tan rota que lo deje el primer día.
Es mejor ponerse una meta a corto plazo, proponerse salir a correr veinte minutos en los que, cuando esté muy cansado, camine. Y así, a medida que persevera día tras día, lograr la fortaleza para ampliar esos objetivos y deseos.
3- Simplifica los esfuerzos
Y con eso me refiero a gestos pequeños. Pongamos el caso de que tienes la meta de alimentarte mejor: deshazte de la comida basura que tienes en casa. Si quieres salir a correr cada día: pon las zapatillas junto a tu cama para que sea lo primero que veas al levantarte.
Hacer esas pequeñas modificaciones en tu entorno pueden darte ese empujoncito que necesitas para acabar cumpliendo con lo que te has propuesto.
4- Mete una lista de pros y contras en tu vida
Es más habitual de lo que se cree tomar las decisiones bajo dos situaciones.
Una siendo muy emocional. Tomando las decisiones visceralmente tenemos más probabilidades de fallar en nuestro objetivo, de salirnos del camino que nos llevará a buen puerto.
La otra es siendo demasiado racional, lo que nos lleva a una existencia sin emoción y muy rutinaria que, a menudo, no podemos mantener en el tiempo precisamente por ese carácter tedioso.
La mejor decisión la tomarás escribiendo. Consigue una hoja y un bolígrafo y haz una lista de pros y contras para ayudarte a tomar esa decisión. Todo apuntado siempre da otra perspectiva que la que puede dar en el caos de una mente.
5- Rétate a ti mismo
Si crees que no puedes dejar un mal hábito, demuéstrate que sí. Eres más capaz de lo que crees y demostrar a un cerebro que sí puedes superar algo que creías insuperable, hará que deje de subestimarte.
Por supuesto que esto no se consigue en dos días ni en dos meses. Como todo el éxito, requiere de constancia y perseverancia. Como tu bíceps o tus abdominales, tu mente necesita trabajo y tenacidad.
Nadie dijo que fuera fácil, pero sí te digo que es posible.