En psicología se llama zona de confort a un estado mental donde las personas nos adaptamos con pasividad a todas nuestras circunstancias. Conectamos nuestro comportamiento como si de un piloto automático se tratara y nos abandonamos a una rutina que nos da una engañosa sensación de comodidad y tranquilidad.
Se crea a partir del miedo a la incertidumbre. Todo lo que está fuera de esa zona lo detectamos como una amenaza, porque tenemos la falsa sensación de que controlamos todo lo que está dentro de ella.
Cómo saber si vives en la zona de confort
A menudo no somos capaces de detectar este tipo de estado mental porque en la superficie nos provoca sensación de seguridad. Es necesario trabajar y profundizar en nosotros mismos para encontrarlo. Existen ejercicios de introspección que nos ayudan a ser capaces de hallar algunas conductas indicativas de ello.
Una vida basada en la rutina y la desmotivación son dos indicios importantes. Un claro ejemplo sería el trabajador que, a pesar de odiar su trabajo, no lo cambia para dedicarse a lo que de verdad desea. Cada día aumenta su frustración y la zona de confort, en realidad, se torna en zona de desconfort para él.
Cómo salir de ella
Lo más importante para llevar a cabo la huida de esa zona es tomarnos un tiempo para saber cuáles son aquellas cosas que queremos.
Te propongo un ejercicio: coge una hoja en blanco y haz una lista con todos tus sueños y deseos; tus metas y objetivos sin límite. Y, además, piensa en grande. Si no lo intentas seguro que no lo consigues. Porque en realidad nuestro propio límite es la mente.
Y luego hazlo. Haz eso que deseas hacer, aunque te dé miedo.
Obligarnos a atrevernos nos hace sentir más emoción en nuestra vida, más motivación y, en definitiva, más ganas de vivir. Además, nos hace ganar en confianza y liberar miedos. La incertidumbre se convierte en un monstruo gigante cuanto más la evitamos, así que cuanto antes la afrontemos, antes viviremos como realmente deseamos vivir.
Ir derribando miedos y creencias limitantes hará más fuerte nuestra autoestima. ¿Por dónde podemos empezar? Adoptando nuevos pensamientos y hacérnoslos nuestros. Por ejemplo, pensar que somos capaces de conseguir lo que nos propongamos. Eso nos abre la mente y nos empuja a conseguir nuevos retos. En ello se basa mi método Mental Gym.
Si este estado lleva arraigado en nosotros mucho tiempo, lo más recomendable es que se recurra un profesional para diseñar un buen plan de acción.
El autoconocimiento es la clave, porque te ayuda a detectar las artimañas que tu cerebro crea para evitar que te salgas de lo que él considera lo conocido, lo seguro.
Mental Gym
El Mental Gym es un método que se centra en fortalecer y entrenar nuestra mente para ser más conscientes de nosotros mismos. Nos ayuda a romper con las creencias limitantes, entender qué nos ocurre y cómo podemos cambiar esas sensaciones negativas en positivas. Nos da las herramientas necesarias para cambiar los aspectos de nuestra vida con los que no estamos cómodos.
La vida feliz empieza donde termina nuestra zona de confort. Atreverte a equivocarte, te hará crecer.
Pregúntate una cosa: ¿qué harías si no tuvieras miedos?